martes, 20 de enero de 2015

Breviario Junguiano: Tipos Psicológicos III

Para profundizar la tipología diseñada por Jung, comparto con Ustedes un resumen de su texto “Tipos psicológicos”. Tener presente durante su lectura la ley de opuestos en la dinámica psíquica, ayudará a su comprensión.

Tipos de actitud: EXTRAVERTIDO - INTROVERTIDO

Tipo extravertido.
La actitud general de la consciencia.
Cuando lo preponderante es orientarse por el objeto y por los datos objetivos, de modo tal que las acciones y decisiones habituales no sean condicionadas por opiniones subjetivas, sino por circunstancias objetivas, hablamos de actitud extravertida. Si la actitud es habitual, entonces hablamos de tipo extravertido.
Su interés y su atención van hacia los hechos objetivos, ante todo lo que se produce en el entorno.
Su obrar está directamente referido a los datos y circunstancias objetivas pero su punto débil es que al ir de tal forma hacia fuera, el más ostensible de todos los hechos objetivos, a saber, el estado de su cuerpo, no  es tenido suficientemente en cuenta.
El peligro que corre el extravertido está en ser absorbido por el objeto y perderse completamente a sí mismo en él.
Para Jung la neurosis más frecuente de este tipo es la histeria. Un rasgo básico de la histeria es su continua tendencia a llamar la atención en su entorno, tornándolo sugestionable e influenciable. 
La actitud de lo inconsciente.
Lo inconsciente concentra su energía en el elemento subjetivo, esto es, en aquellas necesidades y exigencias que son oprimidos o reprimidas por una actitud consciente demasiado extravertida. Cuanto más completa es la actitud extravertida consciente, tanto más infantil y arcaica es la actitud inconsciente.

Tipo introvertido.
La actitud general  de la consciencia.
El tipo introvertido se distingue del extravertido por su orientación hacia factores subjetivos, de ahí que interpone entre la percepción del objeto y su propio obrar, una visión subjetiva, la cual predomina sobre lo objetivamente dado.
La consciencia introvertida, obviamente, ve las condiciones externas pero elige como decisiva la determinante subjetiva.
Desde lo psicopatológico, tiende a la subjetivación de la conciencia, confundiendo el Yo con el Sujeto y cae fácilmente en la "Inflación del Yo.
La actitud de lo inconsciente.
La sobrevaloración del factor subjetivo en la conciencia provoca una minusvaloración del factor objetivo.
Cuanto más quiere el yo ser independiente, superior y libre de obligaciones, tanto más cae en la esclavitud de los datos objetivos.
Hay un refuerzo inconsciente del influjo del objeto, descuidado por la unilateralidad del yo consciente, surgiendo entonces,  una absoluta e irreprimible vinculación al objeto que puede encadenar de modo infantil al sujeto con el objeto, mágicamente sobre valorado y temido a la vez.





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