LOS
DIOSES Y DIOSAS DEL OLIMPO Y NUESTROS VÍNCULOS.
Lic.
Bárbara Arlia*
“Cuanto más ciego es el amor, tanto más
impulsivo es y tanto más amenaza con consecuencias destructivas; pues el amor
es una dynamis, que necesita forma y orientación. Por eso lo acompaña un Logos,
como una luz que ilumina en las tinieblas”
C.G.Jung.
La fuerza del amor necesita forma y orientación. Muchas
veces se dispara como reacción emocional y es virtud del humano poder
administrarla.
Mucho se ha hablado, desde diversos enfoques, sobre el amor: El amor materno asociado a
la función de cuidado y nutrición. El amor fraterno ligado a la
solidaridad entre pares. El amor romántico-erótico activado en la relación de
pareja.
El ideal occidental del amor romántico nació en nuestra cultura
aproximadamente en el siglo XII. Al comienzo se lo llamaba amor cortés y el mismo
idealizaba una relación espiritual entre varones y mujeres. Se
caracterizaba porque el caballero nunca se relacionaba carnalmente con la dama,
los amantes no se casaban entre sí y al mismo tiempo estaban comprometidos a
mantener encendida la pasión, intentando constantemente espiritualizarla. Este
modo de amar los elevaba en sus aspiraciones, los instaba a lo sublime y a la
propia plenitud.
Vemos aquí cuán importante es, en función del amor de
pareja, aclarar la diferencia entre el amor humano, como base de una relación
y el amor romántico, como ideal interno de trascendencia.
En general, tanto el varón como la mujer actual buscan su
sentido de la vida en la pareja. Otros lo buscan dentro de sí, quedando
ensimismados y de este modo negados al vínculo.
Frente a estas alternativas de la proyección de uno mismo
en el otro o del encierro sobre sí prescindiendo del otro: ¿Cómo lograr un
vínculo de pareja posible conservando el vínculo con uno mismo?
La respuesta es desde lo simple, que no es lo mismo que lo
fácil: A partir de nuestra individuación.
El proceso de individuación nos permitirá nutrirnos
conscientemente de las ansias de lo divino, que el amor romántico representa y
continuar por ese camino, desarrollando una relación que respete la
singularidad de cada uno y la identidad del vínculo.
- ¿Qué es el proceso de individuación?
Para C. G. Jung el proceso de individuación es el desarrollo
integral de la personalidad, que se va logrando a través de la
diferenciación-integración de los pares de opuestos que constituyen
la psique total: consciente –inconsciente (lo que nos damos cuenta y aquello
que inferimos).
Es decir que individuarse es tender a la unión, a una indivisión, a ser
quien uno es en completud.
Este proceso transcurre en cada quien impulsado por una
dinámica natural de la vida, de modo espontáneo si no se lo obstaculiza y
al mismo tiempo, una tarea que se puede llevar a cabo en forma plenamente
humana, para lo cual será necesario una tarea consciente y una disponibilidad
para tal fin.
Según Jung nacemos con inconsciente colectivo, traemos la memoria
de lo humano en forma potencial e indiferenciada (arquetipos), el
proceso de individuación promueve la actualización, a nivel de la consciencia, para que ésta asimile dicha
información, integrándola según su modo único de ser, apropiándose de lo que de
alguna manera le es propio ya.
El lenguaje simbólico es el recurso por excelencia para este
diálogo consciente-inconsciente.
Adentrarnos en el mundo de los símbolos nos
permite recordar nuestro saber más profundo
sobre nosotros mismos y sobre el sentido de nuestra vida.
Entiendo dicha tarea como derecho y obligación de cada ser humano
consigo mismo y su entorno.
- ¿Para qué las diosas y dioses del Olimpo?
Los dioses y las diosas griegas representan aquello que la memoria
de la humanidad alberga sobre la cualidad y la variedad de lo femenino-masculino
vincular.
A nivel psicológico podríamos decir que son arquetipos (huellas
primigenias) alojados en nuestro inconsciente colectivo (memoria de la
humanidad). Para nutrirnos de ese material es necesario un proceso
actualizador a nivel consciente (representación) para apropiarnos de esos contenidos según
nuestra singularidad.
Jung utilizó la técnica de la Imaginación Activa como
vía regia para esta asimilación única e irrepetible en cada ser humano. Se
trata de un tipo de introspección o meditación que pone en acción la función
simbólica, la cual mediante el símbolo establece el diálogo
consciente-inconsciente.
Jung empleó de manera rigurosa y metodológica esta técnica,
consigo mismo como con sus discípulos y pacientes, para promover la expresión,
profundización y elaboración de los contenidos inconscientes.
Se trabaja a partir de la serie “Diosas y dioses griegos” compuesta por quince cuadros, fruto de mi trabajo
sobre los dioses del Olimpo, con la técnica de imaginación activa.
La obra plástica cumple la función de
intermediación, a partir de la resonancia sensible con la misma se promueve el registro de emociones, recuerdos, fantasías y a través de la
dramatización se recrean e integran creativamente.
El Pictodrama es mi modo de hacer psicodrama. Tiene su fundamento en el
Psicodrama con orientación Moreniano-Junguiano. Se desarrollan todas las etapas y utilizan todos los elementos metodológicos
del psicodrama.
*Lic. en Psicología. Docente.
Psicodramatista. Astróloga. Artista Plástica (Imaginación Activa). Dedicada hace años a la salud
vincular desde la Psicología Analítica de Carl Gustav Jung.
Contacto:
barbaraarlia@gmail.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario