Sincronicidad
Pero nuestra actitud
moderna habla con orgullo de las tinieblas de la superstición y de la
credulidad medieval o primitiva, olvidando por completo que con nosotros
llevamos todo el pasado, escondido en los sótanos del rascacielos que es
nuestra conciencia racional… La verdadera historia del espíritu no se conserva
en los libros doctos, sino en el organismo vivo, anímico, de cada individuo. 1*
Hablar de sincronicidad es abrirse a un mundo de
misterio y revelaciones al mismo tiempo. Es universo a profundizar
comprometidamente ya que implica a todo el hombre, lejos de develarlo nos
convoca a profundizarlo.
El problema de la
sincronicidad me ha interesado desde hace tiempo y, más seriamente, desde
mediados de los años veinte, durante los cuales, al investigar los fenómenos de
lo inconsciente colectivo, tropezaba una y otra vez con conexiones que ya no
era capaz de explicar como agrupaciones o acumulaciones casuales. 2*
En el texto El
secreto de la flor de oro (1929) Jung se refiere por primera vez a la
sincronicidad, haciendo referencia a un principio que va más allá del principio
de causalidad.
El principio de sincronicidad fue conceptualizado
por C. G. Jung (psiquiatra) y W. Pauli (físico) como fruto del intercambio de información de sus investigaciones respectivas
entre 1932 y 1958. En 1952 ambos investigadores publican: La sincronicidad como principio de relaciones no causales.
El concepto empírico de sincronicidad, que Jung
elabora con base en la física cuántica y el taoísmo descubre la existencia de
un sentido subyacente que excede la dicotomía sujeto-objeto.
Los casos de
coincidencias de sentido -que han de ser diferenciadas de las meras
agrupaciones de casualidades- parecen apoyarse en una base arquetípica …. De ahí se deduce que el factor emocional
desempeña un papel significativo. La afectividad, sin embargo, está basada
sobre todo en los instintos, cuyo aspecto formal es precisamente el arquetipo 3*
Lo que posibilita la sincronicidad es que exista una
estructura arquetípica (colectiva) que permita que se relacionen los hechos
como parte de la totalidad.
La sincronicidad se manifiesta en sucesos únicos ya
que son vivenciales. Es una coincidencia significativa en espacio y tiempo, una
coincidencia que tiene un sentido único e irrepetible para alguien, afecta a
alguien, toca su emoción.
… Así pues, emplearé el
concepto general de sincronicidad en el sentido especial de una coincidencia
temporal de dos o más sucesos relacionados entre sí de una manera no causal,
cuyo contenido significativo sea igual o similar. Y lo diferenciaré del
´termino < sincronismo>, que constituye
la mera simultaneidad de dos sucesos. 4*
Cuando el hecho no es significativo, no tiene
sentido para alguien, no se lo registra hablamos de un hecho sincrónico, son
acontecimientos que no tiene significación afectiva, simplemente ocurren
simultáneamente.
Así pues, la
sincronicidad supone la simultaneidad de determinado estado psíquico con uno o
varios sucesos externos cuyo sentido parece paralelo a la esta subjetivo
momentáneo, o viceversa, en determinados casos. 5*
En la empírica de la sincronicidad el sujeto
observador es parte de la experiencia con su vivencia, de modo tal que se
convierte en participante.
La persona tiene la vivencia de resonar con una
relación de significado, de sentido
que está aconteciendo; sin sentido
para alguien no hay sincronicidad.
… El fenómeno de la sincroncidad consta, pues,
de dos factores: 1º Una imagen inconsciente
accede directamente (literalmente) o indirectamente
(simbolizada o insinuada) a la
consciencia como sueño, ocurrencia o presentimiento. 2.º Con este contenido coincide con una situación objetivo. Uno puede extrañase igual de lo uno y de lo
otro. 6*
La sincronicidad se
ha conceptualizado como un principio de conexión no causal, una coincidencia
muy significativa de dos o más eventos, donde algo distinto de probabilidad de
ocurrencia está involucrado.
En la actualidad
familiarizarnos con este fenómeno nos facilita el diálogo entre nuestro mundo
interior y el exterior. Atentos a los mensajes del saber del inconsciente rico
en experiencias personales y colectivas.
El principio de
causalidad establece la necesariedad de la conexión de causa y effectus. El principio de sincronicidad establece que los
miembros de una coincidencia de sentido están vinculados por la simultaneidad y
el sentido. … la conclusión es que, además de la conexión de causa y efecto,
hay en la naturaleza otro factor que se manifiesta en la disposición de los
sucesos como sentido. El sentido es una interpretación manifiestamente
antropomorfa que constituye sin embargo el criterio indispensable del fenómeno
de sincronicidad. En qué consiste ese factor que se nos manifiesta como <sentido>
es algo que escapa a la posibilidad de conocimiento. 7*
La coincidencia significativa tiene un fundamento
arquetípico, una emoción que se plasma en un afecto, el cual está relacionado
con lo instintivo, con lo arquetípico.
Por sincronicidad
entiendo la aparición de una coincidencia
de sentido en el tiempo según tres modalidades:
a)
Coincidencia y simultaneidad de cierto contenido psíquico con un proceso
objetivo correspondiente
b)
Coincidencia de un estado fantasioso –visión o sueño- que posteriormente se
comprueba como un reflejo aproximadamente fiel de un acontecimiento ocurrido en
otro lugar más o menos al mismo tiempo.
c)
El mismo caso, con la excepción de que el acontecimiento objetivo ocurre en el
futuro, mientras la fantasía correspondiente se da en el presente. 8*
Lo
más importante en la sincronicidad es detectarla y significarla, ahondar cuál
es el mensaje, el para qué (de orientación de sentido).
El hombre actual perdió la capacidad de simbolizar y de estar disponible
a los mensajes de tu interioridad. Suele considerar la sincronicidad y la
capacidad imaginativa como fenómenos mágicos o míticos. Pero la interioridad es comparable a la
electricidad, que aún cuando no las entendamos racionalmente todo el tiempo
observamos y vivenciamos sus efectos.
Notas:
1*
Jung, C. G,. Psicología y Religión. Pág. 62
2* Jung, C. G., OC 8 Pág. 432
3* Idem Pág .435
4* Idem Pág. 436
5* Idem. Pág. 436
6* Idem Pág. 442
7*Idem Pág 473
8* Idem Pág. 506
Bibliografía.
Jung, C. G., Psicología
y Religión. Barcelona: Ed. Paidós. 1981
Jung, C.G., Obras Completas Tomo 8. Madrid: Trotta.
2004