“Todo
hombre lleva en su interior la eterna imagen de la mujer, no la de esta o
aquella mujer en particular, sino una imagen femenina definida. […] Lo mismo se
puede decir de la mujer: ella también tiene su imagen innata del hombre”
C. G. Jung
Los
varones cuanto más dominados están por una rígida Máscara viril consciente, más
su Ánima (aspecto
femenino interno del hombre, imagen arquetípica de mujer en la psique
masculina) permanecerá sin desplegarse a nivel inconsciente. El ánima al quedar
relegada y sin integrarse en la consciencia de un modo saludable, puede
sumergir al varón en una marcada oscilación de ánimo, irritabilidad extrema,
inestabilidad emocional, histeria y melancolía.
Cuando
no se la resiste, entonces el
ánima compartirá con el varón la sabiduría instintiva de lo femenino, arraigado
en el inconsciente colectivo.
El
rol del Ánimus (aspecto masculino interno de la mujer,
imagen arquetípica del varón en la psique femenina) es conectar a la mujer con
el mundo de las ideas y el espíritu.
Un Ánimus no integrado se
manifestará, a nivel de las ideas, como opiniones y suposiciones impuestas como
verdades absolutas y en la acción como deseos de poder sobre los demás.
Lo que un Ánimus conscientizado
y asimilado brinda a una mujer es la capacidad de un conocimiento
diferenciado y un entendimiento claro, que le permitirá ejercer la separatividad de las identificaciones inconscientes.
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