Recordemos que Jung concibió su
tipología como una herramienta descriptiva útil para la auto exploración
personal; de ninguna manera como una reducción de la singularidad.
Según él podemos reconocer
nuestras partes desconocidas a través del proceso por el cual la psique
individual percibe la realidad y cómo evalúa eso que percibe.
Percibimos la realidad tanto con
nuestra función de senso-percibir (nuestros cinco
sentidos) como a través de la función de intuir (aquello
que podríamos denominar sexto sentido). A estas dos funciones
Jung las denominó irracionales (previas a la razón)
Podemos evaluar lo que percibimos
haciendo juicios conceptuales (con la función pensar) o
juicios de valoración personal (con la función sentir). A estas dos funciones Jung las
denominó racionales.
En cada uno de nosotros predomina una
función, facilitada por una o dos funciones más, que permanecen generalmente
más alejadas de la consciencia. Según el individuo se adapte u oriente
principalmente con la función que en él se halla más diferenciada, pertenecerá
a un tipo funcional.
La clave para el uso de esta tipología
radica en el hecho que nos revela la función más alejada de la
consciencia, la cual requerirá mayor atención y trabajo para ser
desarrollada e integrada a la totalidad que cada uno es.
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