La prevención en salud vincular es la clave pero para poder hablar de prevención es imprescindible hacer referencia a los conceptos de salud y normalidad. La salud puede definirse como un equilibrio dinámico que se constituye a partir de la interacción del individuo con el medio ambiente, incluyendo éste los factores saludables como los de riesgo. La enfermedad consistirá, entonces, en la alteración de este equilibrio dinámico.
Comúnmente nuestra sociedad utiliza los términos sano y normal como sinónimos, lo cual dificulta el diagnóstico y pronóstico de una situación, así como también de una patología.
La normalidad nos remite a un concepto estadístico, relacionado con los usos y costumbres de una determinada cultura. Será normal, en consecuencia, lo que hace el cincuenta por ciento de la población de una cultura, lo cual no siempre coincide con lo sano y lo saludable.
En la actualidad se ha perdido la sensibilidad para captar situaciones de riesgo, tomándose como sano lo que hace o le pasa a la mayoría. Es alarmante detectar, cada vez con mayor frecuencia, cómo las patologías autodestructivas y la patología relacional se convierten en una forma de ser y de relacionarse.
Prevenir significa poseer un conjunto de conocimientos teóricos y recursos prácticos que permitan elaborar planes relativos a promover y proteger la condición de salud, diagnosticar y atender a a aquellos que sufren trastornos y rehabilitar a los que han sido tratados.
La prevención contempla un antes, un durante y un después; tres tiempos que se traducen en prevención primaria, secundaria y terciaria; de ellas hablaremos la próxima.
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