“Lo inconsciente colectivo es el
sedimento de la experiencia universal de todos los tiempos
y por lo tanto, una imagen del mundo
que se ha formado desde hace muchos eones”
C.G. Jung
La humanidad conserva la experiencia universal de
todos los tiempos, sedimentada en lo inconsciente colectivo, a través de
los arquetipos.
Jung comenzará usando el término “imágenes
primordiales” para referirse los contenidos estructurales de lo
inconsciente colectivo pero luego encontrará en el término arquetipo una mejor
manera de referirse a estos esquemas innatos.
La palabra arquetipo viene del griego arjé (lo
primigenio, lo originario) y typos (impresión o modelo).
Representará para Jung la impronta del “modelo de lo originario”.
Considero importante destacar la diferenciación que
hace Jung entre arquetipo en sí y el arquetipo manifestado. El
arquetipo en sí es inaccesible para nuestro consciente; lo que nuestra
consciencia puede percibir, aprehender y asimilar son las representaciones
arquetípicas.
El arquetipo adquiere representación cuando se
manifiesta y esto se logra a través del símbolo; es por esto que la actividad
imaginativa adquiere un lugar de relevancia para acceder a esta memoria
colectiva.
Familiarizarnos con esta información tan lejana a
nuestro “darnos cuenta” nos permite contar con más recursos cuando la intensidad
arquetípica irrumpe.
Veremos más adelante que el núcleo del complejo es
un arquetipo; es decir, que la estructura y dinámica arquetípica se encuentran
cotidianamente en acción.
La riqueza arquetipal es clave en el camino de
consciencia, podemos apropiárnosla si sabemos reconocerla y recrearla o
de lo contrario nosotros quedaremos sometidos a ella.
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