Para Jung todo lo psíquico es tan real como todo lo corporal o material, porque aún cuando no sea visible o tangible es registrado por nuestra vivencia. Es por eso que construye su conocimiento de la realidad psíquica sobre la base de la experiencia-vivencia y se apoya exclusivamente en ella.
La experiencia psíquica, en primer lugar, nos permite diferenciar los contenidos conscientes de los inconscientes. Los primeros son los contenidos evidentes “eso que nos damos cuenta”, en tanto que a los contenidos inconscientes los tenemos que rastrear y/o se nos aparecen más allá de nuestra voluntad.
¿Para qué nos sirve el darse cuenta en la vida cotidiana? ¿Por qué si tenemos claro lo que nos damos cuenta, mayormente lo que se quiere cambiar sigue igual?
La concepción junguiana se centra en la Ley de Opuestos, por la cual lo consciente remite a lo inconsciente, no es sin lo inconsciente.
La aproximación más consciente a lo inconsciente se hace a través de las “funciones psíquicas”. Y en palabras de Jung : “Entiendo por función psicológica, una actividad psíquica determinada que en circunstancias distintas permanece, en principio, idéntica a sí misma”
Distingue cuatro funciones fundamentales de la psique. Ellas son: pensar, sentir, senso-percibir, intuir. Agregará a estas cuatro funciones, una quinta que llamará función trascendente, ella es la Imaginación.
El pensar y sentir son funciones racionales, realizan juicios. El pensar realiza juicios conceptuales y el sentir juicios de valoración personal.
El senso-percibir y el intuir son funciones irracionales, captan la realidad a través de los cinco sentidos la primera y a través del sexto la segunda.
Si bien todos contamos con las cinco funciones, la manera de usarlas e integrarlas es única e irrepetible según el modo de ser de cada uno. Una de las funciones será la superior (la más cercana a la consciencia) la opuesta será la inferior y las dos restantes funcionarán como auxiliares, mientras la imaginación permitirá la integración de todas.
Uds. se preguntarán para qué sirven estos conceptos en la vida vincular cotidiana.
La función más alejada de la consciencia es la función más proyectada a los otros y la que más interferencias vinculares provoca. Es la función en sombra, a la espera de ser integrada.
El darse cuenta de lo que uno no se da cuenta, permite hacerse cargo de la propia totalidad para una vincularidad más saludable con uno mismo y con nuestros vinculos.
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