jueves, 26 de noviembre de 2015

La Sombra y las relaciones

"La sombra es un problema moral que desafía al conjunto del ego de la personalidad. Porque nadie puede llegar a ser consciente de la sombra sin realizar un esfuerzo moral considerable. Llegar a ser consciente implica reconocer como presentes y actuales
 los lados sombríos de la persona."
C. G. Jung

Si alguien proyecta sus propias "partes" sobre otra persona por sentirlas incompatibles con su imagen consciente, ¿Cómo  imaginar que encontrarlas en un otro será necesariamente un encuentro feliz?. Seguramente este encuentro le activará su vulnerabilidad y por lo tanto sus defensas. Aquí hallamos el origen de la mayor parte de los conflictos interpersonales y de los agotamiento vinculares.
No hay brújula más precisa y eficaz que el examen de nuestras proyecciones para conocer las cualidades y rasgos de carácter de que adolece nuestra evolución. Si tendemos a descalificar o sobredimensionar en otra persona algunas cualidades o rasgos de carácter es que tenemos una necesidad de desarrollarlos en nosotros mismos. El desarrollo no implica copia de ese rasgo, sino que se trata de un aviso para comenzar a develar lo que viene a decirnos sobre nuestra necesidad de integración.
Por ejemplo, si a una persona le molesta sobremanera la pereza del otro, puede ser que el otro sea perezoso y hasta negligente y deba tomar medidas al respecto. Pero si le sigue molestando y se convierte en un defecto "que lo saca", que lo implica emocionalmente y lo desborda, puede ser que algo de su habilitación para el ocio, de su capacidad de disfrutar, de tomarse su tiempo no esté siendo integrado por él y le esté trayendo dificultades en el vinculo consigo misma y el vínculo con los otros.



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